REFLEXION SALESIANA PARA EL DOMINGO
Cuarto Domingo de la Cuaresma Marzo 19 de 2023
Hoy Jesús nos recuerda que El es la luz del mundo; fuente de toda bondad, justicia, y verdad. Todos hemos sido exhortados a vivir en Su Luz. San Francisco de Sales nos comenta lo siguiente:
La mente humana encuentra total satisfacción en el descubrimiento, en poder conocer la verdad de las cosas. Entre más grande sea una verdad, más grande será el deleite. Aún así, nuestra condición humana nos hace diestros en la búsqueda de honores, riquezas y poder. Diariamente la experiencia nos enseña que todos estos amores inútiles nos vuelven propensos a apartarnos de la verdad, en lugar de considerar la verdad del amor de Dios. El amor de Dios nos hace pensar sobre la verdad de un Paraíso colmado de felicidad eterna.
El amor sagrado refresca y fortalece nuestros corazones, cuando aceptamos con fe la verdad que encierran las enseñanzas de Jesús. Cuando la bondad de Dios nos da la luz para poder percatarnos de nuestra ceguera, esto es señal de que ha habido una conversión interna. Es entonces que nos reconocemos como hijos de la Luz. Cuando quitamos todos los obstáculos que nos impiden amar a Dios, adquirimos la capacidad para amarnos los unos a los otros, tal y como EL desea que nos amemos. Cuando descubrimos una imperfección humana, ya hemos hecho la mitad del trabajo necesario para corregirla; porque habremos recibido el entendimiento que nos permitirá liberarnos de nuestra ceguera. Sin embargo, es importante que tengamos paciencia al afrontar nuestras faltas. Debemos aprender a reconocerlas con calma y sin alboroto. Nada es más favorable para el crecimiento de ese tipo de “maleza”, que nuestra ansiedad por deshacernos de ella. Caminen siempre por la senda de la santidad, y verán como esas imperfecciones se irán debilitando.
Nuestro Salvador nos tuvo en sus manos, y se encargó de guiar nuestra vida aún cuando no quisimos entregarnos a EL de lleno. En este momento, en que lo único que deseamos es cumplir fervorosamente con la voluntad de Dios, ¿no creen que EL desea proteger a esos pequeños corderos que se han apartado del dulce Pastor? Concentrémonos fielmente en nutrir, con reverencia y confianza, el don de la conversión que Dios nos ha otorgado. Hagamos de la gracia de Dios algo efectivo en nuestras vidas, perseverando en nuestras sagradas resoluciones, y en nuestros buenos deseos. Será entonces que podremos vivir en la Luz de Cristo, y generar verdad, justicia, y bondad.
(Adaptación de los escritos de San Francisco de Sales)