Cuarto Domingo de la Pascua

Reflexion salesiana para el domingo

 

Cuarto Domingo de la Pascua

30 de Abril de 2023

 

Hoy experimentamos a Jesús, el Buen Pastor. El nos invita a escuchar Su voz para que “podamos tener vida, y tenerla en abundancia”. San Francisco de Sales hace la siguiente anotación:

 

Nuestro Buen Pastor nos reúne a su alrededor para mantenernos bajo Su protección. Lleno de gentileza, nos alimenta con Su amor. La mano de Dios es sumamente amorosa en el manejo de nuestro corazón; lo fortalece sin privarnos de la libertad. Aquellos que oyen bien Su voz jamás carecerán de inspiraciones sagradas para poder llevar una vida de llena de abundancia, y cumplir de manera consagrada con sus responsabilidades.

 

Para poder oír bien, primero debemos saber escuchar. Para poder escuchar la palabra de Dios, primero debemos prestarle atención abriendo nuestros corazones. Para poder escuchar la palabra de Dios, debemos aprenderla bien, y llevar a cabo lo que se nos ha inculcado. Cuando el maná cayó del cielo, los hebreos se levantaron cada día antes del amanecer a recogerlo. Lo comían para que les sirviera de alimento, y así poder recobrar sus fuerzas. De este mismo modo es que nosotros debemos digerir bien la palabra de Dios, para así poder convertirla en parte de nuestro ser.

 

Por lo tanto, aliméntense cada día haciendo lecturas espirituales que reafirmen la palabra de Dios en ustedes, y que los guíen por el camino al bienestar eterno. Permitan que la palabra de Dios que han escuchado continúe hablándoles durante el día. Pongan esto en práctica, y dejen todo lo demás en manos de Nuestro Salvador, quien sustentará nuestras verdaderas necesidades. Si nosotros hemos de tener una vida eterna en la abundancia, primero debemos de escuchar la voz de Nuestro Pastor quien nos guía, siempre y cuando le permitamos hacerlo.

 

Dado que fácilmente nos descarrilamos, Nuestro Salvador desea enseñarnos cómo lograr una vida llena de abundancia, dejándonos guiar por el amor por Su voz, en vez del amor por las voces de extraños quienes nos llevan por mal camino. El verdadero amor se da cuando vivimos a la luz del amor de Nuestro Salvador, en vez de a la luz de esos amores egoístas en los que la cultura hace tanto énfasis ¡Qué felices seremos si permanecemos en presencia del Pastor, escuchando y viviendo fielmente Su voz!

 

(Adaptación de los Sermones de San Francisco de Sales, L. Fiorelli, Ed.)