Séptimo Domingo de Pascua 29 de Mayo de 2022

Reflexion salesiana para el domingo 

Séptimo Domingo de Pascua

29 de Mayo de 2022

 

En el Evangelio de hoy Jesús ora para que aquellos que creyeron en El puedan ser uno sólo. San Francisco de Sales se vale de varias imágenes para ilustrar el lazo de amor que debe hacernos a todos uno solo.

Fue un amor ferviente y sagrado lo que unió los corazones y las voluntades de los primeros cristianos. Para poder hacer una sola hogaza de pan se necesita moler y amasar juntos muchos granos de trigo. Una vez hechos hogaza los granos ya no pueden ser separados individualmente. Igual para poder hacer un vino hay que exprimir muchas uvas juntas. Es imposible distinguir que vino procede exactamente de que racimo de uvas. De la misma forma el amor de los primeros cristianos estaba conformado por muchos corazones, pero sus voluntades y sus corazones habían sido combinados en una sola entidad.   

Juntos constituimos la imagen reflejada en un retrato, por que portamos la imagen de Dios en nosotros. Nuestro Señor vino a este mundo a enseñarnos lo que debemos hacer para poder preservar en nosotros esta divina semejanza que nos une a todos como hijos de Dios. Por amor nos otorgó los medios para alcanzar el más alto nivel de unión que El desea para nosotros, principalmente el de ser uno solo con EL, del mismo modo en que EL y su Padre son uno solo.

Puede que en esta vida no lleguemos a lograr esta unión divina, pero demos hacer todo lo que este en nuestro poder por tratar de alcanzarla: entre más unidos estemos a Dios, más unidos estaremos los unos con los otros. Jesús solo nos enseño ciertos preceptos que El mismo practico. El nos amo y nos enseño, por medio de su ejemplo, cómo debemos amar a nuestro vecino para que no utilicemos como excusa el argumento de que es imposible llegar a amarnos los unos a los otros.

Al igual que los primeros cristianos, debemos honrar la imagen de Dios en cada uno de nosotros, y abrirnos los unos a los otros en el amor sagrado contribuyendo siempre al fortalecimiento de ese dulce lazo de caridad que existe entre todos. Reunamos el coraje necesario para vivir de acuerdo a la divina semejanza en nosotros. De esta forma podremos experimentar y crecer mas profundamente en el amor a Dios, en la vida de abundancia que nuestro Señor vino a traernos, para que así podamos llegar a ser uno solo.

 

(Adaptado de los escritos de San Francisco de Sales)