ASUNCION DE LA VIRGEN MARIA (Agosto 15, 2023)

Nuestra reflexión para el Salesiano Dominical de hoy – La Fiesta de la Asunción – ha sido tomada en su totalidad del Tratado del Amor de Dios, Libro 7, Capitulo 14 de San Francisco de Sales.

“No niego que el alma de la Santísima Virgen tenia dos porciones, y por ello dos apetitos: uno de acuerdo con el espíritu y la razón superior, y el otro de acuerdo con el sentido y la razón inferior, siendo el resultado que ella sólo podía experimentar la lucha y la contradicción de un apetito en contra del otro. Esta carga la sentía incluso su Hijo. Digo que en esta Madre celestial todos los afectos estaban tan bien arreglados y ordenados que el amor de Dios mantenía imperio y dominio en ella de forma pasiva y sin ser molestado por la diversidad de voluntades y apetitos o contradicciones de los sentidos. Ni la repugnancia del apetito natural ni los movimientos sensuales se convirtieron en pecados, ni siquiera pecados veniales. Por el contrario, todo había sido usado sagradamente y fielmente en servicio del amor sagrado y para el ejercicio de las otras virtudes que, en su mayoría, no pueden ser practicadas excepto en medio de la dificultad, oposición y contradicción...”

“Como todos saben, el imán naturalmente acerca el hierro hacia si mismo por un poder que es secreto y maravilloso. Aún así, hay cinco cosas que perturban esta operación: (1) si hay una distancia muy grande entre el imán y el hierro (2) si hay un diamante en medio de los dos; (3) si el hierro tiene grasa; (4) si el hierro ha sido frotado con cebolla; (5) si el hierro es muy pesado.”

“Nuestros corazones están hechos para Dios, y Dios constantemente nos estimula y nunca deja de poner en ellos los incentivos del amor divino. Aún así cinco cosas impiden esta atracción divina: (1) el pecado, que nos remueve de Dios; (2) los afectos por la riqueza; (3) los placeres sensuales; (4) el orgullo y la vanidad; (5) el amor propio, junto con la multitud de pasiones desordenadas a las que este conlleva, y que son una carga muy pesada.

“Ninguno de estos impedimentos tenían lugar en el corazón de la Virgen gloriosa. Ella estaba: (1) por siempre lejos del pecado; (2) por siempre pobre de espíritu; (3) por siempre la más pura; (4) por siempre la más humilde; (5) por siempre la amante pacifica de todas sus pasiones y completamente exenta de la rebelión del amor propio en contra del amor de Dios. Por esta razón, igual que el hierro, que cuando está libre de todos los obstáculos es poderosa pero generosamente atraído por el imán – aún cuando la atracción es siempre más activa y fuerte a medida que se acercan el uno al otro – así mismo la Madre Bendita, como no hay nada en ella que impida la operación del amor divino de su Hijo, fue unida con él de forma incomparable por un éxtasis gentil sin obstáculos o impedimentos.”

“Este era un éxtasis en el que la parte sensible obraba sin perturbar la unión espiritual, y así mismo la perfecta aplicación del espíritu no causaba distracción a los sentidos. Así pues, la muerte de la Virgen fue la más gentil que pudo haber sido imaginada, por que su Hijo la acercó dulcemente hacia él con el olor de su perfume, y ella, amantemente, fluyó lejos de su dulzura temerosa hacia el regazo de la bondad de su Hijo. Aún cuando esta alma bendita tenía un amor supremo por su cuerpo, santo, puro y amoroso, ella lo dejó sin pena ni resistencia... Al pie de la cruz, el amor le había dado a esta esposa divina los sufrimientos supremos de la muerte. Verdaderamente entonces, era razonable que al final la muerte le otorgara las delicias supremas del amor.”