DOMINGO 18 EN TIEMPO ORDINARIO (Agosto 4, 2019)

DOMINGO 18 EN TIEMPO ORDINARIO (Agosto 4, 2019)

Enfasis Sugerido

"Qué clase de beneficios obtiene una persona por todo el trabajo y la ansiedad del corazón con el cual se ha trabajado bajo el sol?"

"Uno puede ser rico, pero las posesiones no le garantizan a uno la vida.”

Perspectiva Salesiana

Es la riqueza un obstáculo para poder vivir una vida de rectitud? Acaso las posesiones nos impiden vivir una vida de rectitud? Acaso debemos escoger entre las cosas que son de esta tierra y las cosas que son del cielo?

Verdaderamente, las riquezas pueden llegar a tentarnos para que abandonemos una vida centrada en Dios precisamente por que nos distraen en nuestra búsqueda de aquellas cosas que verdaderamente importan en la vida: las cosas que duraran por siempre. Aun así, la raíz del problema puede no ser la riqueza – las posesiones – el éxito- mismos, sino mas bien nuestra preocupación y ansiedad por esas cosas.

Yo tome dos cursos en economía cuando estaba en la universidad. Tristemente, yo no me acuerdo mucho de esa excursión, excepto que hay una gran similitud entre las personas que se hallan a los dos puntos extremos de la escala de ingresos.

El más pobre de los pobres y el más rico de los ricos viven con el miedo de perder lo que tienen.

La ansiedad que produce la acumulación y la preservación de la riqueza ultimadamente no nos permite disfrutar verdaderamente nuestras bendiciones y nuestros éxitos en la vida. Como nos indican las Escrituras del día de hoy, la ansiedad de retener lo mucho (o lo poco) que poseemos puede ocasionar trágicas consecuencias.

Francisco de Sales escribió en su Introducción a la Vida Devota: "Hay una diferencia entre poseer veneno y ser envenenado. Los farmacistas mantienen casi toda clase de venenos en sus reservas para ser usados en ciertas ocasiones, aun así el hecho de que ellos tengan estos venenos en sus tiendas no quiere decir que ellos lo tienen también en sus cuerpos. De la misma forma, ustedes pueden poseer riquezas sin necesidad de ser envenenados por ellas si las mantienen en su casa, en su cartera o billetera, pero no en su corazón." (Parte III, Capitulo 14)

El hombre en la parábola del Evangelio no ha sido condenado por haber llenado su establo con riquezas: el fue condenado por que el había permitido que su corazón fuera consumido por las riquezas. Tan consumido estaba, que cuando él estaba considerando cómo disponer de su excesiva buena fortuna, nunca se le ocurrió que el podía compartirla con los demás.

Una palabra para los ricos… y para los sabios: el mejor remedio para aquellos que han sido consumidos por las riquezas es practicar la virtud de la generosidad. Después de todo, como puedes sentir ansiedad de perder lo que tienes si ya estas demasiado ocupado compartiéndolo con –incluso dándolo a- los demás?

Ahí está el secreto de la verdadera riqueza… en los ojos de Dios, la riqueza que enriquece verdaderamente – y para siempre- . Lo que me hace rico no es la medida de lo que yo poseo: es una expresión de lo que yo estoy dispuesto a compartir.