DOMINGO 24 EN TIEMPO ORDINARIO (septiembre 12, 2021)

Enfasis Sugerido

“Apártate de mi, Satanás.”

Perspectiva Salesiana

Los santos son héroes de nuestra tradición de fe. Son personas cuyo ejemplo queremos seguir; personas que admiramos. Ellos nos recuerdan que Dios puede lograr en nosotros el mismo tipo de cosas que El logró en ellos. Pero las historias de los santos son más que una consideración de la promesa de la fuerza, el coraje, la fidelidad o la tenacidad humana. Sus historias son recordatorios de la realidad de la fragilidad human, la debilidad y la infidelidad. En un sermón predicado por Francisco de Sales en el Domingo de Ramos, marzo 1622, él observa que: “Todas las criaturas son una mezcla de perfección e imperfección. Por esta razón ellas pueden ser utilizadas como símbolos de lo uno o lo otro. Cada persona, no importa que tan santa, tiene imperfecciones. Hechos en la imagen de Dios, cada persona refleja algo de la bondad de Dios mientras que, al mismo tiempo, esa misma persona lleva consigo algunas imperfecciones.” (Pulpito y Banco)

Considera el ejemplo de San Pedro en el Evangelio de hoy. Cuando Jesús le preguntó a los apóstoles, “Quién dices que soy?” Pedro fue el primero en proclamar: “Tu eres el Mesías!” Unos cuantos versos luego de haber hecho esta gran demostración publica de fe, Pedro se ofende por la predicción que Jesús hace sobre su negación, muerte y resurrección, y es humillado públicamente cuando Jesús se vuelve ante el y proclama: Apártate de mi Satanás!”

Pareciera que aún los santos tenían su alti-bajos. En el caso de San Pedro, este no seria el último despliego de su perfecciones e imperfecciones. En el Tratado del Amor de Dios, Francisco comentaba que: “Quién no se maravilla ante el corazón de San Pedro, tan valiente ante los soldados armados que él solo toma la espada en sus manos y la utiliza? Aún así, un poco tiempo después, entre la gente desarmada, él es tan cobarde que ante el niega y detesta a su maestro delante de una sierva.” (Tratado, Libro X, Capitulo 9)

Francisco de Sales creía que tenemos mucho que aprender tanto de los percances de los santos, como de sus éxitos. “Es bueno ver los defectos en las vidas de los santos. Esto no solamente muestra la bondad de Dios para perdonarlos, sino que también nos enseña a imitar a los santos y su esfuerzo para superar sus fracasos y hacer penitencia por ellos. Nosotros estudiamos las virtudes de los santos para poder imitarlos; nosotros estudiamos los fracasos de los santos para evitarlos.” (Ibíd.)

Esta forma de ver a los santos puede ser de mucha ayuda en nuestros intentos diarios para “Vivir a Jesús.” Ver los defectos de los santos sirve como una vacuna en contra de la falta de entusiasmo que podemos experimentar cuando nos enfrentemos a nuestros pecados, nuestras faltas y nuestras imperfecciones. De la misma manera, ver las virtudes de los santos nos puede disuadir para que no nos volvamos engreídos o nos sintamos satisfechos con nuestros defectos. Los santos son compañeros para el viaje. Ellos tienen mucho que enseñarnos sobre como seguir una vida de devoción: superar nuestros pecados y faltas, reforzando nuestra práctica de la virtud. Francisco de Sales (siendo un santo) nos reta a ver a los santos como personas reales, y a darnos cuenta de que podemos aprender de sus tragedias al igual que de sus triunfos.