DOMINGO 25 EN TIEMPO ORDINARIO (septiembre 19, 2021)

Enfasis Sugerido

“Humíllate profundamente ante Dios, y dale las gracias.”

Perspectiva Salesiana

Los primeros discípulos ciertamente se adherían al hecho de que Jesús era muy probablemente el Mesías que habían anhelado y aún así él tenia una misión más allá de la realidad que ellos habían esperado. El Evangelio de hoy nos da una imagen muy real de este dilema en su inhabilidad para apreciar el hecho de que Jesús habla de su próxima muerte y resurrección y el sufrimiento que le espera en ese camino. El desenvolvimiento de esa predicción lleno a los discípulos de miedo y confusión. Esto es por que ellos no pudieron entender la realidad en virtud de sus expectativas, sueños y esperanzas.

Su percepción de su rol en la realidad de este reino lo llevo a discutir entre ellos. Sus expectativas naturalmente los convencieron de la importancia de su propio rol en el cumplimiento de la esperanza Judía para el futuro, y los enredo en la hostilidad, la envidia y la enemistad entre ellos. Jesús Claramente demostró la importancia del sus roles y como estos se llevarían a cabo- de forma muy distinta a sus percepciones. El pequeño niño, en medio de ellos, presenta claramente el ideal al que los discípulos han sido llamados. Que inconscientes parecían del llamado que los manda a servir y no a ser servidos.

San Francisco de Sales habla de la dificultad natural envuelta en nuestra capacidad de acceder a cumplir con la voluntad de Dios. Varias veces nos encontramos en la posición de los apóstoles en la historia del Evangelio de hoy, donde seguir la voluntad de Dios muchas veces no va de acuerdo con nuestras expectativas o deseos. En el Tratado del Amor de Dios, Libro 9, Capitulo 2, Francisco nos dice, “Un corazón verdaderamente viviente ama los buenos placeres de Dios no solamente durante el tiempo de consuelo sino que también durante las aflicciones, pero los ama más que todo en la cruz, el dolor, y la labor, por que el principal poder del amor es habilitar al amante para que sufra por aquello que ama.”

Debemos preguntarnos hoy cómo nuestras expectavitas, esperanzas y sueños nos previenen de realizar la Voluntad de Dios. Acaso los tiempos difíciles a los que nos enfrentamos arruinan nuestros intentos para seguir la Voluntad de Dios? Hemos podido abandonar nuestros intentos para que la Voluntad de Dios sea conforme con nuestros deseos y voluntades? Apreciamos realmente el regalo que es Jesús?

Una reflexión ante estas preguntas nos llevara a tener la oportunidad necesitada para realizar la Voluntad de Dios. Este es realmente un requisito en nuestro viaje de fe. En la Introducción a la vida Devota, Libro 2, Capitulo 1, San Francisco de Sales escribió, “La oración coloca nuestra inteligencia en el amor divino. Es la mejor manera de purgar nuestra inteligencia de su ignorancia y nuestra voluntad de sus afectos malignos.... Yo sugiero, por sobre todo, Philothea, una oración mental de la mente y el corazón, especialmente aquella que esta enfocada en la Vida y Pasión de Nuestro Señor. Contemplándolo a El tu estarás lleno de El; tu aprenderás a actuar como EL y conformarás tus acciones a las de El.”