El Nacimiento de Juan Bautista (junio 24, 2018)

Francisco de Sales escribió: “Muchas veces me he preguntado quien fue el mas mortificado de todos los santos que conozco, y después de mucha reflexión he llegado a la conclusión que fue San Juan Bautista. El fue al desierto cuando tenía cinco años y él sabia que nuestro Salvador había llegado a la tierra y que estaba en un lugar muy cercano, quizás solo a uno o dos días de camino. Como su corazón, que fue tocado por el amor de su Salvados desde que estaba en el vientre de su madre, debe haber anhelado el poder disfrutar la presencia de Cristo.

Aun así, él pasa veinticinco años en el desierto sin ir a ver a nuestro Señor si quiera una vez; y al dejar el desierto el catequiza sin ir a visitarlo, sino que espera hasta que Nuestro Señor viene a buscarlo. Entonces, después de haber bautizado a Jesús, él no lo sigue sino que se queda donde esta para continuar haciendo la labor que le ha sido encargada. Cuán mortificado estaba el espíritu de Juan! Estando tan cerca de su Salvador y no poder disfrutar de su presencia! Acaso no es este un espíritu totalmente desprendido, desprendido incluso de Dios mismo con objeto de poder hacer la voluntad de Dios y para servir a Dios, se podría decir que lo que el hizo fue dejar a Dios para servir a Dios, en vez de aferrarse a Dios para poder amarlo mejor. El ejemplo de este gran santo me abruma con su grandeza.” (Stopp, Cartas Selectas, Pagina 74)

“Verdaderamente cuan mortificada era el espíritu de Juan Bautista.” Qué quiere decir Francisco de Sales con estas palabras? El Diccionario de la Herencia Americana define mortificar como “disciplinar a través de negarse algo uno mismo o de infligir privación en uno mismo.” Juan verdaderamente se disciplinó a si mismo: él se negó muchas cosas para poder ser fiel a su entendimiento de quien Dios quería que el fuera: una luz para las naciones, una luz que resaltara la venida de Jesús.

Piénsenlo: Juan pasa veinticinco años en el desierto preparándose para anunciar la llegada de Cristo. A pesar de haber crecido en la misma área, Juan se encuentra con Jesús solo una vez – cuando lo bautizo en el Río Jordán – y luego él se quedo allí mientras que Jesús reclutaba a otros para ser sus apóstoles y sus discípulos! Juan nunca ve a su primo de nuevo antes de morir en prisión a manos de los ejecutadotes del Rey Herodes.

Juan fue fiel al rol que Dios quiso que el tuviera en el plan de salvación: Juan desempeñó ese rol supremamente bien. Escucha lo que Jesús mismo dijo: “yo te digo la verdad: entre todos aquellos nacidos de una mujer, nunca ha habido ninguno mas grande que Juan Bautista.” (Mateo 11: 11) “Aun así,” Jesús continua, “quienquiera que sea menos en el reino del cielo es mas grandioso que él.” Juan nos muestra que ser fieles a la voluntad de Dios muchas veces requiere que nos privemos del deseo de “tenerlo todo” y de dedicarnos a discernir – y a acoger- nuestros roles únicos en el plan de salvación de Dios.

De formas que son únicas para nuestro estado de vida, Dios nos llama a nosotros también para que seamos, “una luz para todas las naciones.” Estamos preparados para practicar la disciplina que ser esa luz requiere?