CUARTO DOMINGO DE PASCUA (Abril 30, 2023)

Enfasis Sugerido

 “Si aceptan el sufrimiento al que conlleva hacer lo correcto, eso es aceptable a los ojos de Dios.”

 

Perspectiva Salesiana

 Nosotros escuchamos ecos de esta primera Carta de Pablo en una de las exhortaciones de Santa Juana de Chantal a los miembros de su comunidad, las Hermanas de la Visitación. Ella argumentó: “Miremos a nuestro Salvador, su excesivo sufrimiento y su excesivo amor. Mantengamos nuestros corazones alerta ante estas cosas, para que nuestro divino Salvador nos pueda comunicar y dar la fuerza para soportar las cosas que de su adorada mano nos lleguen.” (Conferencias, página 255)

 

Cómo puede llegar a compararse nuestro sufrimiento con el sufrimiento que Jesús experimentó? Si hablamos del sufrimiento que vivió en su último día, no hay comparación. Pero si consideramos el sufrimiento que implica el esfuerzo que hacemos al padecer – al aguantar- a los demás, entonces nos daremos cuenta de que en verdad tenemos muchas cosas en común con el sufrimiento de Jesús; muchas más de las que podemos llegar a imaginar.

 

Analicen la palabra sufrimiento por sí misma. Esta no implica solamente “aguantar” algo difícil, doloroso o incluso dañino. La palabra sufrimiento viene del Latín sufferre, que significa, “cargar, aguantar, dar a luz… o vida a.”

 

Hechos a imagen y semejanza de Dios, redimidos por el amor de Cristo e inspirados por el Espíritu, todos tenemos una responsabilidad que cargar: vivir nuestras vidas por los demás. Todos estamos llamados a cargar con la responsabilidad de amarnos los unos a los otros, de ayudarnos los unos a los otros, de desafiarnos los unos a los otros, de sanarnos los unos a los otros, de animarnos los unos a los otros. Hijos de Dios, hermanos y hermanas de Cristo, todos cargamos con las inconveniencias que conlleva el vivir una vida de servicio generoso.

 

Para resumir, estamos llamados a vivir de la misma forma en que Jesús vivió……y cargar, soportar todo lo que nos llegue a consecuencia del estilo de vida que hemos escogido. “Fue por esto que ustedes han sido llamados, por que Cristo sufrió por ustedes y les dejó un ejemplo para que ustedes pueden seguir sus pasos.”

 

Santa Juana claramente reconoció el sufrimiento, la inconveniencia, los esfuerzos que tenemos que hacer cuando elegimos vivir por los demás: “Debemos tener un gran corazón para con nuestros vecinos, que en términos de amor, afecto y ayuda significa estar dispuesto a servir, asistir, confortar, soportar y apoyar de cualquier forma que nos sea posible, pero con alegría y cordialidad. Un gran corazón es un corazón que está dispuesto a enfrentar toda clase de inconvenientes, un corazón abierto  que ama, ante todas las cosas la voluntad de Dios.” (Conferencias, página 174)

 

Esta es la voluntad de Dios para con nosotros: No debemos soportar un sufrimiento que nos lleve a la vida, sino un sufrimiento que nos lleva, como dice Santa Juana, “a una nueva vida, en la gracia de Dios y en el amor de Dios, en este mundo y después para siempre en la gloria…,” el sufrimiento que causa el tener que soportar –que cargar- a los demás con amor (Conferencias, páginas 117 - 118) O como San Pablo escribió en su carta a los Efesos, (4:2) vivamos una vida que dignifique nuestro llamamiento, ser completamente humildes y gentiles, cargando a los demás …con amor.