DOMINGO 17 EN TIEMPO ORDINARIO (Julio 24, 2022)

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Enfasis Sugerido

"Debo saber si sus acciones corresponden o no al alegato en su contra. Estoy dispuesto a enterarme."

Perspectiva Salesiana

Las Escrituras del día de hoy nos muestran que el juicio de Dios es recto pero también compasivo.

El Libro del Génesis describe la indignación de Dios a causa de las protestas en contra de Sodoma y Gomorra. Aun así, antes de actuar, Dios tiene la intención de determinar personalmente si las protestas están o no pasadas en hechos.

Los juicios de Dios nunca son apresurados.

San Francisco de Sales dice en su Introducción a la Vida Devota: "Como ofenden a Dios los juicios apresurados! Esta es el tipo de recelo espiritual que hace que todas las cosas parezcas malignas a los ojos de aquellos que han sido infectados con el." (IDL, Parte 3, Capitulo 28)

Los juicios apresurados tienen menos que ver con los comportamientos de nuestros vecinos y mucho más que ver con las maquinaciones y la disposición de nuestros corazones. Los juicios apresurados son un símbolo de la presencia de la arrogancia, la auto-satisfacción, el miedo, la amargura, los celos, el odio, la envidia, la ambición y la condescendencia en aquellas personas que emiten esa clase de juicios.

Los juicios apresurados muy pocas veces se preocupan por los hechos. Los juicios apresurados están fundamentados en las apariencias, las impresiones, los chismes y los rumores. Los juicios apresurados se hacen en un instante (es por eso que se utiliza el término juicios “repentinos”), y no están basados en la razón, sino en la emoción.

Los juicios apresurados no promueven la reconciliación ni la paz; por el contrario, los juicios apresurados producen división e injusticias. Francisco de sales escribió: "Los juicios apresurados sacan conclusiones de una acción para poder condenar a la otra persona.” (Ibid)

Finalmente, los juicios apresurados pocas veces –quizás nunca- resultan en actos de compasión.

Francisco de Sales escribió: "Quien quiera ser curado (de hacer juicios apresurados) debe aplicar remedios no a los ojos o al intelecto sino a los afectos. Si sus afectos son generosos, sus juicios igualmente lo serán.” (Ibid)

Ser como Dios – vivir como Jesús – ser instrumentos del Espíritu Santo – requiere que nuestros juicios para con los demás sean rectos: que estén basados en los hechos, no en la ficción: que tengan raíces en el sentido, no en las sospechas; que estén enfocados en el comportamiento, no en prejuicios. Los juicios Divinos siempre están consumidos con la verdad, siempre están comprometidos con la justicia y caracterizados por la compasión.

Cómo son nuestros juicios?