SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA (Marzo 13, 2022)

Énfasis Sugerido

 “El Señor es mi luz y mi salvación.”

 Perspectiva Salesiana

 El Libro del Génesis y el Evangelio de Lucas describe dos escenas muy poderosas en las que la voluntad de Dios es demostrada de forma clara y sin oportunidad de cometer ningún error. Abraham fue testigo del misterioso brasero como un símbolo del tratado de Dios con él y con sus descendientes, mientras que Pedro, Juan y Santiago fueron testigos de la transfiguración de Jesús.

 Es difícil no percatarse del mensaje en estos casos: estas son manifestaciones y expresiones directas de la voluntad de Dios, de su deseo y de su sueno de que todos los que viven una vida centrada en Dios acá en la tierra, experimentan la plenitud de esa vida por siempre en el cielo.

 SI tan solo la voluntad de Dios fuera siempre tan simple de entender! Si tan solo nosotros siempre pudiéramos discernir la voluntad de Dios para nosotros y para los demás! Ojala pudiéramos saber exactamente lo que Dios quiere de nosotros en cada momento con absoluta claridad! Ojala que Dios hablara a todo el mundo a través de la transfiguración de la luz o del humo!

 Por supuesto, para la mayoría de nosotros, esto no ocurre. Como estas clases de comunicaciones nos están disponibles, cómo entonces podemos discernir la voluntad de Dios para con nosotros? Francisco de Sales sugiere una mano de cosas que pueden ayudarnos a reconocer la voluntad de Dios en nuestras vidas…. Y como esa voluntad debe tener efecto en nuestras relaciones con los demás.

 Primero, miren los Diez Mandamientos y otros consejos que se hallan en la Escritura; consideren la tradición, la enseñanza, las prácticas y la autoridad de la Iglesia; pongan atención a las obligaciones y las responsabilidades que los acompañan en el estado y la etapa en la que sus vidas se encuentran. Así, por ejemplo, si ustedes están casados, están trabajando y criando una familia, la voluntad de Dios para ustedes seria incluir tales cosas como atender a la misa del Sábado, honrar a su padre y a su madre, nutrir su relación con sus esposos, suplir las necesidades de, y enseñar a sus hijos, hacer su trabajo de forma gentil, justa y ética, balanceando las demandas del trabajo, el descanso, la casa y la oficina, etc., etc.

 Segundo, observen las circunstancias, las situaciones y las relaciones en las que se encuentran cada día, cada hora, cada momento. Pongan atención a como las demandas y las necesidades de los demás pueden ser expresiones de la voluntad de Dios para con ustedes.

 Tercero, profundicen su habilidad para escuchar. Pongan atención no solo a lo que esta pasando a su alrededor sino que también a lo que esta pasando dentro de ustedes. Aprendan como identificar y filtrar la estática externa e interna en sus vidas. La oración y la participación en la vida litúrgica/sacramental de la Iglesia son dos aliados muy poderosos en este esfuerzo.

 Cuarto, desarrollen y nutran amistades espirituales. Así como la voluntad de Dios nunca es expresada en un lugar totalmente aislado de todo, no traten de entender todo por ustedes mismos. Escuchen los consejos de los amigos verdaderos cuando estén tratando de determinar lo que Dios quiere que ustedes hagan en una situación determinada.

 Finamente, sean pacientes. Confíen en el amor de Dios para con ustedes. Aun cuando las revelaciones de Dios son ocasionalmente inconfundibles, la mayoría son más sutiles y son reveladas gradualmente: verdaderamente estas pueden llevarnos toda una vida.