DOMINGO 27 EN TIEMPO ORDINARIO (octubre 3, 2021)

Enfasis Sugerido

“No es bueno para el hombre estar solo”

Perspectiva Salesiana

Las lecturas de hoy nos recuerdan nuestra necesidad de tener un profundo respeto por los demás. Las lecturas de hoy hablan de la reverencia que deberíamos sentir por cada ser humano. Las lecturas de hoy hablan del cuidado y la preocupación que deberíamos tener para con toda la creación.

Más importante aún es que las lecturas hablan de una verdad mucho más profunda: Nosotros al igual que el Dios, en cuya imagen y semejanza hemos sido creados, no estamos hechos para vivir solos.

Francisco de Sales escribió: “Dios significa tantas cosas y de tantas formas para nosotros que El desea que todos seamos salvados y que nadie nunca ignore este hecho. Con este propósito, y a través de la creación, Dios nos hizo a su imagen y semejanza; por medio de la encarnación, Dios se hizo a nuestra imagen y semejanza… la bondad de Dios hace que El nos comunique libremente la ayuda que nos brinda la gracia divina para que logremos alcanzar la dicha de su gloria…” (Tratado del Amor de Dios, Libro VIII, Capítulo 4)

Del mismo modo en que Dios se comunica con nosotros, nosotros estamos hechos para vivir en comunión entre nosotros.

En sus Conferencias, Francisco explica cómo el ser nosotros mismos nos lleva a relacionarnos con los demás. “El dulce y amoroso lazo del amor santo se hará más fuerte y más estrecho a medida que avanzamos por el camino de nuestra propia perfección. A medida que nos hacemos más y más capaces de unirnos a Dios, más estrecha se hace nuestra unión con los demás… en cada comunión que hagamos, nuestra unión se volverá más perfecta por que para unirnos con Nuestro Señor debemos permanecer siempre muy unidos entre nosotros; y es por esto que el santo recibimiento de este Pan celestial y de este Sacramento es llamado Comunión: que quiere decir, unión común”. (VI Conferencia, Sobre la Esperanza)

Fundamentalmente lo que Francisco de Sales nos dice es que nosotros hemos nacido para amar. Estamos hechos para relacionarnos con los demás. Mucho de lo que somos- mucho de lo que podemos llegar a ser- sólo puede hacerse realidad a través de las relaciones que establecemos y que cultivamos con los demás.

Más aún, debemos ser fieles a nosotros mismos. Debemos crecer en el conocimiento de quienes somos y aceptarnos como somos. Debemos acoger nuestras fuerzas y nuestras debilidades. Debemos considerar cuáles son aquellas cosas que podemos hacer por nuestra cuenta. También debemos aceptar las cosas que no podemos hacer solos. Pero nada de esto podremos lograr si nos aislamos: la plenitud de quien Dios nos ha llamado a ser se encuentra precisamente a través de nuestras relaciones con los demás.

No sólo no es bueno para el hombre estar solo, sino que sólo podemos ser verdaderamente humanos cuando vivimos en comunión con Dios… y con los demás.