2ND DOMINGO EN TIEMPO ORDINARIO (Enero 15, 2023)

Enfasis Sugerido

“Ustedes han sido consagrados en Cristo Jesús y han sido llamados a ser personas santas.”

Perspectiva Salesiana

San Francisco de Sales creía que todas las personas han sido llamadas a ser santas. Todas las personas han sido llamadas a ser santas. Nosotros hemos oído o hemos leído esto muchas veces antes, pero algunas cosas –especialmente las cosas que son importantes- merecen ser repetidas: “Cuando el creo las cosas Dios ordeno a las plantas que producieran sus frutos, cada una de acuerdo con su tipo. De la misma forma, Dios le ordena a los Cristianos, las plantas vivientes de la iglesia, que produzcan los frutos de la santidad, cada quien de acuerdo con su posición y con su vocación.” (Introducción a la Vida Devota, Parte I, Capítulo 2)

Aspirar a la perfección- crecer en la santidad- “vivir en Jesús”- es un reto formidable. Adoptar una vida de virtud requiere fuerza y coraje. Renunciar al pecado requiere fuerza y coraje. Hacer oídos sordos a la tentación requiere fuerza y coraje. En un día cualquiera, nuestro progreso por el camino de la devoción puede verse marcado por éxitos o por contratiempos.

Aun así, esta aspiración a la santidad se vuelve todavía mas difícil cuando tratamos de ser santos de una forma que no encaja con la etapa o el estado en el que se hallan nuestras vidas: una forma de vida que no tiene nada que ver con quienes somos. Aun cuando verdaderamente todos estamos llamados a ser santos, esto no significa que todos estamos llamados a ser santos de la misma forma. Francisco nos recuerda: “La devoción (la santidad) debe ser ejercida de forma diferente por el caballero, el trabajador, el sirviente, el príncipe, la viuda, la muchacha joven y la mujer casada. Yo les pregunto, es propio que un obispo desee vivir su vida en soledad como un monje? O que un hombre casado no quiera tener mas propiedades de las que tiene un monje, o que un artesano se pase el día entero en una iglesia, o que un religioso este constantemente sujeto a los llamados a ayudar a sus vecinos, lo cual es una labor mas acorde con la vida del Obispo? Que acaso esa clase de santidad no seria objeto de risa, confusión y algo imposible de vivir?” (Ibid)

Francisco de Sales trato de explicar el mismo asunto de otra manera en una conferencia (Sobre las Virtudes de San José) a la antigua comunidad de la Visitación: “Algunos de los santos sobresalieron en ciertas virtudes, otros en otras, y aun cuando todos salvaron sus almas, todos lo hicieron de formas muy diferentes. Por que hay tantas clases de santidad como hay santos.” (Conferencia XIX, p. 365)

Una reflexión mas contemporánea sobre este asunto fue hecha por el autor ganador del premio Nóbel, y sobreviviente del holocausto Elie Wiesel: “Hay una y mil puertas que conducen a la huerta de la verdad mística. Cada ser humano tiene su propia puerta. Nosotros cometemos el error de querer entrar en la huerta por una puerta diferente a la que nos corresponde.” (Night, Página 3)

Para estar seguros, si hay verdaderamente un modelo de la santidad Cristiana, ese modelo es Jesucristo, aquel en quien todos nosotros hemos sido consagrados. Pero ser santos – de la misma forma que Jesús es santo – no es tratar de ser como los demás. Por el contrario, ser santo se trata de tener la fuerza y el coraje para ser quienes y como Dios quiere que seamos, precisamente en los lugares, las circunstancias y las relaciones en las que nos envolvemos cada día.