FIESTA DE LA EPIFANIA (Enero 8, 2023)

Enfasis Sugerido

“Ellos le rindieron homenaje.”

Perspectiva Salesiana

“Ellos salieron siguiendo la estrella que habían visto elevarse por los cielos. La estrella continuaba su cauce en frente de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde el niño se encontraba. Se regocijaron al ver la estrella y al entrar en la casa encontraron al niño con María, su madre. Se postraron ante él y la rindieron homenaje. Abrieron sus cofres y le entregaron sus regalos, el oro, el incienso y la mirra.”

No solamente hoy sino que cada día – cada hora, cada momento- nosotros recibimos el llamado a seguir la estrella que es Jesucristo: nuestro señor, nuestro redentor y nuestro salvador. Todos los días recibimos el llamado a seguir por el camino de la vida, siguiendo las señales del amor, la justicia, la reconciliación y la paz de Dios dondequiera que lleguemos a experimentarla. E igual que los astrólogos en el evangelio de hoy, nosotros también estamos llamados a “rendirle homenaje.”

El homenaje: un término algo curioso y que suena algo pasado de moda. Es definido en el diccionario como “un honor o un respeto especial que se demuestra públicamente.”

Hmmm, quizás no sea una noción tan curiosa ni tan pasada de moda después de todo!

Cómo podemos rendirle homenaje a Jesús? Cómo podemos honrarlo y demostrarle un respeto especial públicamente? Qué clase de regalos podemos otorgarle a Cristo –– y por extensión, a los demás –– cada día? Es que acaso esa clase de demostraciones de respeto se limitan a caminatas a través de continentes o a tesoros exóticos que sólo tienen lugar una vez en la vida?

Francisco de Sales ofrece el siguiente consejo: “No seamos tan ansiosos a la hora de hacer nuestro trabajo, porque para poder hacerlo bien debemos enfocarnos cuidadosamente, calmadamente y pacíficamente en lo que estamos haciendo no depositando toda nuestra confianza en la labor que realizamos, sino que más bien en Dios y en la gracia de Dios. Las búsquedas ansiosas del corazón para avanzar en su perfección, y el esforzarnos constantemente por saber si estamos avanzando no complacen a Dios, y sólo satisfacen nuestro “amor propio”, ese tormento sutil que quiere abarcarlo todo pero que muy pocas veces alcanza sus objetivos. Una sola buena obra hecha con el espíritu tranquilo vale mucho más que una obra hecha con ansiedad y afán.”

El homenaje que le rendimos a Jesús –– el demostrarle un respeto y un honor especial públicamente –– no es medido en base a las grandes hazañas que realizamos, sino más bien en base a los actos simples y ordinarios que hacemos con gran atención e intención. Rendirle homenaje a Jesús no se trata de hacer una multiplicidad de buenas obras, sino más bien de sumergirnos completamente en cada momento de cada día a medida que van llegando. Rendir homenaje a Jesús no se trata de ratificarle cuán valiosos somos, sino más bien de aceptar nuestra necesidad de Dios y de la acción de la gracia de Dios en nuestras vidas. Rendirle homenaje a Jesús no se trata de postrarnos ante él todo el tiempo, sino más bien se trata de defender todo lo que es correcto, pacífico, liberador y justo.

Cómo creen ustedes que las experiencias de éste día – y especialmente, las personas envueltas en esas experiencias- nos están llamando a rendirle homenaje a Cristo? Pues rindiéndole un honor y un respeto especial a los demás: realizando buenas obras, una a la vez.