Énfasis Sugerido
“En cuanto a ustedes, mi rebaño, dice el Señor Dios, yo juzgaré entre las ovejas y los demás, entre los carneros y las cabras”.
Perspectiva Salesiana
Día del Juicio, Parte 2.
Todavía tiene un sentido de finalidad la frase, no?
Ya debería.
San Francisco de Sales escribió: “Consideren esa ultima frase dicha a los malvados: ‘Váyanse de mi, malditos, váyanse al fuego eterno que fue preparado por el demonio y su compañía’. Dense tiempo para comprender el peso de estas palabras. Váyanse, dice él. Es una palabra de abandono eterno que Dios pronuncia ante aquellas almas infelices, y a través de ella él los expulsa y los aleja de su vista para siempre. El los llama malditos… consideren por el contrario la frase que él tiene para los buenos. Vengan, dice el Juez. Ah, esta es la dulce palabra de la salvación a través de la cual Dios nos acerca a si mismo y nos recibe en el lecho de su bondad… Oh bienvenida esta bendición que incluye todas las bendiciones!” (Introducción a la Vida Devota, Parte I, Capitulo 14)
La parábola del Evangelio de hoy es muy clara: Habrá un juicio final. También queda muy claro que el bueno y el malo no supieron reconocer como las semillas de este juicio final fueron plantadas en sus interacciones de cada día con los demás. Al releer el texto vemos que: ambos grupos hicieron la misma pregunta, “Cuándo los vimos… cuándo les dimos la bienvenida… cuándo los visitamos… cuándo les dimos…?” Casi hasta la llegada del ultimo día ambos grupos fracasaron a la hora de entender la naturaleza intima de la relación entre el juicio de Dios para con nosotros, y nuestras relaciones con los demás. En particular, ambos grupos fracasaron a la hora de reconocer la conexión entre el amor de Dios y el cumplimiento de los actos de amor simples y ordinarios con los demás.
Esta parábola nos reta a reconocer que el juicio final no es un evento de una sola vez: a los ojos de Dios – a los ojos del Dios que juzga con justicia verdadera- este juicio es continuo, es un evento de cada día. Dios esta extremadamente interesado en juzgar como nosotros debemos usar cada momento de nuestras vidas, y no simplemente el último.
Pero cuando esta parábola habla tan extensivamente del juicio de Dios también tiene mucho que decir sobre nuestro propio juicio. A la final, el juicio final esta impactado por la clase de juicio que nosotros usamos cuando nos relacionamos con los demás a diario, y durante los eventos, las circunstancias, las responsabilidades y las demandas más únicas y exclusivas, así como las mas ordinarias de la vida.
Qué dicen nuestros afectos, nuestras actitudes y acciones hacia los demás de la disposición definitiva de nuestras almas? Qué dice la forma en la que vivimos en esta tierra de nuestras vidas en lo que será el más allá?
Sean ustedes los jueces.